Autora: Bennalice Katz
Me gusta que mi boca, sea parte de tus pupilas
que tus ojos me miren, fijamente,
que tu mirada sea tierna,
y de ternura me arropes todos mis sueños fortuitos,
y de no ser así, que sea inequívoca y constante.
Me gusta que en tus pupilas,
pueda encontrar mi mundo,
y que en mi mundo perdido vivas,
como una quimera cierta,
como una ilusión serena,
como una tempestad en calma,
como una marea inmóvil,
inmóvil pero con furia,
como un delirio pasivo.
Me gusta que tú me ames
y que amando, los dos,
nos encontremos perdidos,
como la noche negra,
entre la blanca luna,
y yo ahí, entre un claroscuro incierto,
tratando de buscar alguna lira celada,
algún pedestal mal puesto,
algo que me ayude a trepar,
a subir al cielo infinito
para agarrar la luna y morderla,
morderle ilusión,
tragar poesía.
Me gusta que tú me quieras,
pero no ayer, ni mañana, sino hoy, aquí, ahora,
y para que estés claro, que el hoy sea siempre,
y que el siempre no se convierta en nunca,
y para que no lo olvides, trata no recordarlo,
y para que me sueñes, trata no pensarme,
y para que me ames, intenta no hacer todo lo antes dicho,
y lo harás, lo sé,
pero como esto se trata de hacer lo que no quiero,
o lo que digo que no hagas,
ojalá y no trates, ojalá y no lo hagas,
ojalá y me quede como un recuerdo vacío,
disipada en tu memoria,
sin motivos algunos para allí estar.
Mientras tanto,
si sólo intentas ammarrarme mas no a amarme,
si no te atreves a arriesgarte, a entenderme,
entonces, déjalo ya,
no estás amando, puramente,
asi no me ames.
No me tengas allí colgada,
de un lado del brazo,
con las manos secas,
con el alma triste,
con los ojos mojados,
y un corazón,
que no sabe qué sentir.
Mejor piérdete,
piérdete en la aurora,
piérdete en el crepúsculo,
y si pese a todo no me olvidas,
entonces no lo hagas,
no te pierdas,
no te llenes de paz,
no me olvides,
no me dejes solamente en tu recuerdo,
porque si me amas,
siempre te amaré,
toda una vida.
El Mar y Un Verso (Bennalice Katz)
Todos los derechos reservados.
Comentários